Soy Jennifer Aguilera, ese es mi nombre del carnet. Tengo 42 años, nacida y criada en San Joaquín. Soy rapera y últimamente me estoy dedicando a la panadería también, trabajando en uno de los rubros más antiguos de nuestra gente, de nuestras raíces. Comencé a cantar a los 14 años, llevó más de 26 años en el rubro e incursioné en talleres de hip hop.
Desde mi segundo disco, comenzó a ser más “madura” la propuesta musical. Habla netamente de lo social, de las raíces y de cómo ser un ser íntegro espiritualmente, dentro de una comunidad en la ciudad. Muestra también mi crecimiento de niña a mujer, de mujer a mamá y de rapera con un rol serio, rapear responsablemente y consciente de mis mensajes.
Conozcamos a Jass Newen, artista local con una gran trayectoria y aporte en el área musical. Orgullosa de sus raíces y sus antepasados, con una disposición y energía única que merece todo nuestro reconocimiento y apoyo.
¿Por qué decidiste dedicarte a este rubro?
Ser parte del rubro no fue una decisión desde el principio, simplemente me dejé llevar por la calle, salí a la calle, conocí la cultura gracias a mis amigos y justo estaba buscando una forma de expresarme, probé en el break dance, pero no fue lo mío. Desde chica escribía poesía y traté de unificar la poesía con el Rap y sentí que eso era lo que tenía que hacer. Seguir y buscar formas de hacerlo cada vez más profesional, ya no era un hobby.
Esto es lo que soy, sentí que era una mensajera que transmitía un mensaje importante, sobre todo en el levantamiento de la mujer, porque yo cuando empecé a rapear habían muy poquitas mujeres, eran contadas con las manos. Fue difícil en ese aspecto, rapear en un mundo, en donde la mayoría que se dedicaba a esto eran hombres. Algunos, todavía seguían con el pensamiento antiguo, de que las mujeres o las madres no podían ser artistas, pero yo también tenía y tengo cosas que decir, así que lo iba a hacer y lo iba a hacer bien.
¿Cómo fueron tus inicios en el área?
Mis inicios fueron en el año 1994, en el colegio yo escuchaba a los grupos de hip hop que cantaban ahí e iba para todos lados con ellos. Entonces yo sentía quería ser parte de eso, no solo como espectadora, sino que también aportando en la cultura y pensando o reflexionando, yo destaco mucho eso del hip hop, que enseña a buscar, te enseña a desaprender muchas cosas, para aprender otras cosas que hay que descubrir por uno mismo. Mi origen lo descubrí gracias al hip hop, porque fue una inquietud que me surgió durante el proceso, saber de dónde soy, de dónde vengo, cuáles son mis orígenes y así. El hip hop en Estados Unidos es originalmente reconocido como un ritmo de los latinos, de los negros, quienes en el momento en el que surge, luchaban contra la esclavitud y yo sentía qué aquí igual estaba pasando algo entonces. Ahí me empecé a interesar y a enterar de lo que ocurrió con mi gente, con mis antepasados, de los cuales tengo un pequeño granito de arena dentro de mí, pero yo siento esa parte de mí, en mi identidad. Eso me abrió un mundo para descubrir.
¿Cuáles fueron tus principales obstáculos durante el comienzo de tu carrera?
En el año 2000, yo tenía 20 años y fui mamá, esa parte me acostó. Me costó mucho ser mamá y seguir rapeando, no sentía el apoyo de nadie al 100%. La gente que estaba a mi alrededor, como que me miraba en menos y también me cuestionaban el hecho de ser mamá y andar en la calle con mi guagua, rapear embarazada o rapear con la guagua en brazos era mal visto, decían “que está haciendo aquí”. Eso fue súper difícil, fue doloroso y tuve que aprender a verlo desde otro punto de vista para poder seguir adelante, porque si no, me iba a detener, si escuchaba esos comentarios o si me dejaba llevar por eso. Eso fue una de las partes más difíciles. Además, en mi casa tampoco me apoyaban con mi rubro, para mi madre era algo delictual, estar con los hip hoperos, era de volados de gente que no sigue las normas, etcétera. Entonces ella y mi familia, como que me veían raro y querían algo más para mí, pero después, con el tiempo, ya se dieron cuenta de que se puede llegar lejos, con constancia, con perseverancia, aunque sea difícil o no tengas apoyo.
Hay que valorar mucho a quién está contigo, a quién te está apoyando musicalmente y motivacionalmente. De toda la gente que te rodea, esas cosas, esos detalles importan muchísimo y hacen el cambio, así que no hay que ponerle oído a esa a los comentarios o críticas que solo buscan bajarte o ponerte a prueba. Hay que seguir con el corazón.