Mi nombre es Madeleine Castañeda Ortiz, tengo 43 años y soy artesana. Hago diferentes tipos de artesanías, pero hoy en día me dedico a mi pyme "Dulce Dormir Mascotas" en donde vendo camas para mascotas artesanales, hacemos desde el corte de la madera hasta el embalaje. Es una empresa familiar y hacemos absolutamente todos los procesos. Llevo alrededor de 7 años en esto.
Soy dirigente y Presidenta del grupo de artesanas 100 Años de Violeta desde hace 5 años. Esta agrupación surgió en mi grupo de amigas, ya que varias éramos artesanas y buscábamos formalizarnos para que nos tomen “más en serio”. Así que realizamos nuestra personalidad jurídica dentro del centro cultural. Es un trámite bien engorroso, pero a la larga, te da varios beneficios. Empezamos a participar en ferias, en actividades de la comuna como La Fiesta Chilenera, el Día de la Mujer, el Día del Niño, a veces había obras de teatro y nosotros podíamos ponernos fuera del teatro y así fuimos creciendo.
Nací en la comuna y he estado toda mi vida en San Joaquín, viendo también los aspectos sociales de mis vecinos. Durante la pandemia, por ejemplo, estuvimos aportando en lo que podíamos para aportar en las necesidades de nuestros vecinos que estaban sufriendo por la situación sanitaria.
Así comienza el relato de Madeleine Castañeda, artesanal de la comuna, que constantemente se está involucrando en actividades sociales para aportar a la comunidad de San Joaquín, quién asistió a su entrevista acompañada de su hijo, quién demostró un gran interés en el cuidado del medio ambiente, temas que fueron inculcados por su madre.
¿Cuáles fueron los principales obstáculos que surgieron en el inicio de 10 años de Violeta?
A ver, el apoyo del centro cultural siempre ha estado, eso no lo podemos negar, pero siento que falta que al artesano le tome más en cuenta, que se le dé mayor importancia. Nosotros no hacemos “cositas”, nosotros hacemos ARTE. Aquí no es valorada la artesanía, por decirte, tengo unos artesanos que trabajan en reciclaje y la gente mira en menos el reciclaje, pero no saben el bien que le están haciendo a la sociedad, a la contaminación. Ellos hacen figuritas de lo que les pidas, a base de ropa reciclada, o sea hacen arte con cosas que tú botas. La gente no se da cuenta de que detrás de todo ese trabajo hay cariño, hay dedicación, hay sacrificios. Nosotros, cada vez que vendemos algo, sentimos que vendemos una parte de nosotros, pero varias veces nos han dicho “ay eso es algo que puedo hacer yo mismo o yo misma” y eso aún ocurre.
¿Cómo fueron los inicios de esta agrupación?
Bueno, había que tener cierta cantidad de tiempo constituido, como dije anteriormente… Con algunas chicas nos conocíamos, la mayoría éramos amigas y ellas empezaron a llamar a otras y luego a otras y así se fue armando este círculo de mujeres al principio. Ahora ya tenemos uno que otro hombre integrado, pero los brazos están abiertos para todos y todas, porque si queremos la igualdad, debemos practicarla. Aquí da lo mismo el sexo que sea, lo que importa son las ganas de trabajar y que sean artesanos.
¿Cómo describes tu rol en la cultura?
Mira, a mí me gusta mucho el tema cultural, siempre me ha gustado. En mi casa y en conjunto con Gustavo, concejal de la comuna, logramos llevar a cabo varios murales artísticos alrededor de donde trabajamos, pero la cultura siempre ha estado dentro de mí y de mi familia. Mi madre también es artesana y yo desde pequeña he disfrutado mucho de talleres de arte, en canto, en todo, menos en el baile que no es lo mío.
¿Cuál consideras que fue un hito importante cumplido por su agrupación?
Creo que hay dos cosas. Una fue que el año pasado, en conjunto con la agrupación Wixan Traf, que es otra agrupación de artesanos de la comuna, logramos hacer alrededor de cuatro ferias el año pasado, que eran solamente de nosotras. Se realizaron en el Parque Víctor Jara, considero que eso ha sido el mayor logro que hemos tenido como agrupación, poder hacer algo que era de nosotros, por nosotros y para nosotros. Nuestras Manos Son lo Único que Tengo, así se llama la feria que logramos.
El otro gran logro viene siendo a nivel proyecto. Los proyectos FOSIS, por ejemplo, logramos implementar toldos, mesas, accesorios para que pueda se pueda trabajar con materia prima y todo esto para nuestra agrupación. Pienso que han sido las dos cosas más grandes que hemos logrado como grupo.
¿Cuáles son las metas que siguen por delante?
Seguir creciendo, la idea de nosotros es poder abarcar a muchos más artesanos, porque con la pandemia también ocurrió que hubo una baja en los participantes, algunas tuvieron que buscar otras alternativas para poder sustentar a sus familias, así que empezaron a irse y quedamos 12 emprendimientos, pero queremos volver a sacar esto adelante y tener más socias y socios. Ya después de eso, queremos no estar solo en San Joaquín y poder salir a La Florida, a San Miguel, a Ñuñoa, entre otros. Esos son los pasos a seguir, ser más conocidos afuera, porque siempre hemos trabajado aquí en San Joaquín.
A modo personal, para mi emprendimiento… Me gustaría tener a más gente trabajando, pero a las dueñas de casa que tienen su máquina de coser y a esas personas, mujeres y hombres que a los 60 años quieren o necesitan seguir trabajando. Entonces también me gustaría poder tomar ese sector y que ellos pudieran disponer un tiempo, la idea es que no sea un trabajo tan agresivo, pero me gustaría darle una oportunidad a la gente que no tiene la oportunidad de trabajar.
¿Consideras que el Centro Cultural de San Joaquín es un aporte para la comunidad?
Es que eso cambió la vida. Desde que llegó acá el centro cultural, fue una cosa completamente diferente, en este sector no había nada, nada de nada, estábamos completamente botados, pero tener el centro cultural es un privilegio. Que tengamos no sé a Héctor Noguera y poder conversar con él, ver a artistas y personas que jamás en la vida, uno pensaría que se los iba a encontrar y de repente, estar conversando con ellos, es impresionante. Una vez estuve con el Tío Valentín, estamos hablando de gente culturalmente con una riqueza incomparable que no la encuentras en todos lados.
Además, hay varias actividades para niños, tercera edad, juventud y para todo el público. Nuestro teatro no tiene nada que envidiarle a otros, está completamente equipado y la mayoría de las actividades son gratuitas, es decir, solo tienes que venir. Por otro lado, le da la oportunidad a muchos grupos folclóricos de la comuna y a grupos de teatro para que puedan hacer sus presentaciones, entonces es un aporte importante.
¿De qué manera invitarías a personas que por algún motivo no se atreven, para que se unan al mundo de las artesanías?
Yo le diría a todo el mundo, que todos podemos, todos tenemos las capacidades para hacerlo, pero muchas veces nos tiran para abajo. Así que, mientras más nos tiren para abajo, uno más arriba tiene que estar, siempre más arriba, hay que alimentarse de eso mismo, para sacar fuerzas y decir ¡YO PUEDO!. Mientras tú tengas tus manos y tu cabeza funcional, tú puedes lograrlo y no solamente estoy hablando de la artesanía, estoy hablando de cualquier trabajo.
Yo creo que la juventud, hoy en día, está más pesimista de lo que éramos nosotros, entonces de repente hay que sacarse esa nube negra que uno carga a veces, para notar que hay más caminos, si no te funciona por uno, simplemente hay que devolverse y seguir por otro, pero siempre hay que fortalecer las capacidades de cada uno.
¿Cómo crees que es ser mujer en San Joaquín?
Ser mujer, es ser poderosa. Aquí mayormente es la mujer la que mueve la casa. Todavía hay familias donde existe machismo, entonces la mujer no puede trabajar o deja de hacer muchas cosas. Aún así, la mujer hace maravillas, no sé cómo, te juro que no sé cómo, pero si tú te das cuenta mayormente las dirigentes de la comuna son mujeres, entonces en San Joaquín, las mujeres la llevan. Ser mujer es una mezcla entre poder y obstáculos. Nos ponen barreras, pero nosotras vamos y saltamos esas barreras y seguimos adelante.