Fernanda Carrasco, protagonista de la cultura en San Joaquín:

Mi nombre es Fernanda Carrasco, tengo 17 años, soy estudiante y participo en el Elenco de Teatro El Paradero desde hace cuatro años. Vivo en la comuna desde que tengo dos años. 

Decidí unirme al elenco por algo poco convencional, cerca de mi casa había una actividad, en una plaza y regalaban cupones para canjear helados por participar en ciertas actividades, así que me uní junto a una amiga. Hice la actividad y me gustó, así que Eduardo, una de las personas que estaban a cargo, me invitó a participar del elenco y me explicó de qué se trataba. En ese momento ellos estaban trabajando una obra, era “Informe para nadie”, yo les dije que ya, pero en el fondo, nunca pensé en entrar. 

Recuerdo que eso fue un día miércoles, me invitaron para ir al taller el día viernes y no fui. El sábado nuevamente tenían actividades en una plaza cercana a mi casa, así que fui y eran ellos otra vez. Ahí yo estaba con mi mamá, así que le explicaron a ella de que se trataba todo y me invitaron otra vez, al viernes siguiente… Si fui y ahí decidí quedarme. 

¿Has notado algún desarrollo en ti, desde que te uniste al elenco? 

Mi cambio de personalidad ha sido muy grande, mi mamá siempre recalca que yo, cuando entré acá, era una persona que no hablaba con la gente, al menos no con los que eran externos a mi círculo familiar. Mejoré incluso el control de mi dislexia y de las emociones también, ha sido toda una transformación, el elenco ha formado a otra yo. 

¿Cuáles han sido tus principales obstáculos en esta área?

A pesar de que me ha gustado mucho, ha habido momentos en los que me he querido ir, siento que no lo estoy haciendo bien y me vienen bajones, pensando en que debería irme y dejar todo atrás. Me he frustrado, pero mi papá me dejó una gran lección de que si esto me gusta, tengo que hacerlo. 

La última obra que hicimos, fue “Caracol” a finales de enero y mi papá falleció el mismo mes, el 2 de enero… Yo le había dicho a él, antes de que falleciera, que yo no quería presentar la obra, porque él no iba a estar, así que no quería. Él me dijo que igual la hiciera, porque era algo que me gustaba, que me hacía feliz y por lo que estuve ensayando harto tiempo, así que la hice, aunque él no estuvo ahí, al final de la obra, para felicitarme. Ese ha sido uno de los grandes obstáculos con los que estoy aprendiendo, pero gracias a él aprendí que si algo me gusta, lo tengo que hacer. 

¿Cuál consideras que ha sido un hito importante en el rubro?

Mi superación al pánico escénico, el poder pararme en un escenario y hablar hacia la gente es increíble, porque yo devuelvo el tiempo atrás a cómo era antes y nunca me imaginé así. Estar en un escenario y hablarle a tanta gente, ni siquiera a decirle algo a alguien que no conociera me atrevía. Entonces, realmente es ver a otra yo. Entró al escenario y soy una Fernanda diferente. 

¿Cómo definirías tu rol en la cultura?

Básicamente, nosotros tratamos de entregar un mensaje relevante, sobre diversos temas. Es como actuar una opinión, mediante las obras expresamos lo que queremos decir en algún momento, pero sin mencionarlo directamente. Es como un mensaje oculto, pero que se nota mucho. 

¿En algún momento te has sentido discriminada por ser mujer?

Aquí, en el centro cultural nunca, nunca, nunca, de hecho, ha sido todo lo contrario. Yo era una persona que se aislaba o que decía “yo no puedo por muchas razones” y siempre me decían “pero inténtalo”, siempre me daban el impulso de que no me quedara con el pensamiento, que lo intentara y que si no salía, no importa, pero no quedarse nunca con el “no puedo”. El director, mis compañeros, mis amigos, todos siempre dando apoyo

¿Cuáles son las principales metas que tienes en esta área? 

Yo quiero ser profesora, profesora de lenguaje. Entonces, me gustaría poder complementar mi profesión con el teatro y poder utilizar las herramientas y conocimientos que he adquirido, para enseñarlo y hacer clases, algún taller y así seguir conectada.  

Me imagino en unos años como profe, pero de la mano del arte, del teatro. Me gustaría enseñarles que se puede con todo y que no se queden con las ganas de intentarlo. 

¿Consideras que el centro cultural es un aporte para la comunidad? 

Totalmente, tanto en mi experiencia, como en experiencias externas que he conocido. Ha servido mucho para la distracción, para conocer más, para aprender. Yo con el elenco he conocido cosas y personas que son de esta misma comuna y yo no tenía idea. Así que considero que es un aporte para mí y para todos los que lo frecuentan. 

Que las personas que no han venido nunca, se den la oportunidad de conocerlo, que vengan al taller un viernes a probar o que venga a una actividad. Si no le gusta, no estará obligado a quedarse, pero si les gusta, que aprovechen. Aquí nadie se fija en los aspectos, en los gustos, ni nada de eso -eso fue un miedo que tenía yo- pero nadie se preocupa de eso, siempre te incluyen. 

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